Santa Compaña Índice Denominaciones Origen Elementos de la leyenda Variantes En la tradición...


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Santa Compaña.


La Santa Compaña es, en la mitología popular de Galicia, una leyenda fantástica sobre una procesión de ánimas o aparecidos que discurre desde las doce de la noche por los términos de una parroquia con el propósito de visitar, o advertir, a todas aquellas casas en las que en breve habrá un óbito, deceso o defunción. Con el nombre de Huéspeda[1]​ se advierte una leyenda semejante en León (provincias de Zamora, León y Salamanca) y Extremadura, así como en Castilla, bajo la denominación de Estantigua.




Índice






  • 1 Denominaciones


  • 2 Origen


  • 3 Elementos de la leyenda


  • 4 Variantes


  • 5 En la tradición castellana. La Estantigua


  • 6 En la tradición asturiana. La Güestia


  • 7 En la tradición extremeña. Corteju de Genti de Muerti


  • 8 En el reino de León. La Estadea y la Hueste de ánimas


  • 9 Aparición de la Santa Compaña


  • 10 Protección contra la Santa Compaña


  • 11 La Santa Compaña en la cultura popular


  • 12 La Misa de ánimas


  • 13 Véase también


  • 14 Referencias


  • 15 Enlaces externos





Denominaciones


La Estantigua (etimológicamente, huest antigua) es un mito presente con diversas variantes en todo el cuadrante noroeste de España, donde recibe también las denominaciones de Güestia, Güéspeda, Estadea, Hoste, Genti de Muerti, procesión de ánimas o simplemente Compaña.


Según los escritores Juan R. Cuba, Antonio Reigosa y José Miranda, "la denominación de Santa Compaña es errónea, pese a su fortuna en la literatura, pues la Compaña podrá ser muchas cosas, pero santa, desde luego, no".[cita requerida] Solo se la llamaría "santa" como acto apotropaico de defensa supersticiosa y en realidad se trataría de una leyenda pagana antigua que luego fue superficialmente cristianizada.





Grafiti de la Santa Compaña en Pontevedra.



Origen


Algunos de los elementos concurrentes en el mito parecen provenir de la Cacería salvaje o Mesnie Hellequin, un mito de origen germánico muy difundido por toda Europa.



Elementos de la leyenda


Quizá la descripción clásica de la Compaña es la que hizo el folclorista Xesús Rodríguez López:[2]



La compaña es la reunión de almas del Purgatorio para un fin determinado. A las doce de la noche se levantan los difuntos, salen en procesión por la puerta principal, una persona viva va delante con la cruz y el caldero de agua bendita, y no puede, bajo ningún pretexto, volver la cabeza. Cada difunto lleva una luz que no se ve, pero se percibe claramente el olor de la cera que arde. La comitiva tampoco se ve, pero se percibe el airecillo que produce su paso. El desgraciado director solo puede dispensarse de tan tétrico cometido encontrando a otra persona y entregándole la cruz y el caldero, antes de que haga un círculo en la tierra, con lo cual queda libre de dirigir la compaña.


Xesús Rodríguez López, Supersticiones de Galicia (1895)


Aunque el aspecto de la Compaña varía según la tradición de diferentes zonas, la versión más extendida afirma que está formado por una comitiva de almas en pena vestidas con túnicas negras con capucha que vagan durante la noche.[2]


Esta procesión de ánimas forma dos hileras, van envueltas en sudarios y con los pies descalzos. Cada fantasma lleva una vela encendida y su paso deja un olor a cera en el aire. Al frente de esta compañía fantasmal se encuentra un espectro mayor llamado Estadea.


La procesión va encabezada por un vivo (mortal) portando una cruz y un caldero de agua bendita seguido por las ánimas con velas encendidas, no siempre visibles, percibiendo su presencia en el olor a cera y el viento que se levanta a su paso.


Esta persona viva que precede a la procesión puede ser hombre o mujer, dependiendo de si el patrón de la parroquia es un santo o una santa. También se cree que quien realiza esa "función" no recuerda durante el día lo ocurrido en el transcurso de la noche, únicamente se podrá reconocer a las personas penadas con este castigo por su extremada delgadez y palidez. Cada noche su luz será más intensa y cada día su palidez irá en aumento. No les permiten descansar ninguna noche, por lo que su salud se va debilitando hasta enfermar sin que nadie sepa las causas de tan misterioso mal. Condenados a vagar noche tras noche hasta que mueran u otro incauto sea sorprendido (al cual el que encabeza la procesión le deberá pasar la cruz que porta).


Caminan emitiendo rezos (casi siempre un rosario) cánticos fúnebres y tocando una pequeña campanilla y a su paso, cesan previamente todo ruido de animales en el bosque: solo se escuchan unas campanas. Los perros anuncian la llegada de la Santa Compaña aullando en forma desmedida y los gatos huyen despavoridos, realmente asustados.


Se dice que no todos los mortales cuentan con la facultad de contemplar la "Compaña". Elisardo Becoña Iglesias, en su obra La Santa Compaña, el Urco y los Muertos explica que según la tradición tan solo ciertos "dotados" poseen la facultad de verla: solo los niños a quienes el sacerdote, por error, ha bautizado usando óleo de los difuntos poseen de adultos la facultad de ver la aparición. Otros, no menos creyentes en la leyenda, habrán de conformarse con sentirla, intuirla, etc.


Para librarse de la maldición de sumarse a la peregrinación de la Santa Compaña debe dibujarse en el suelo un círculo y entrar en él o bien acostarse boca abajo, o llevar una cruz encima, rezar sin escuchar los cánticos de la Santa Compaña o bien (en última instancia) salir corriendo.



Variantes


Aunque todas las versiones de la leyenda coinciden en considerarla anunciadora de muerte, como en el caso de la Banshee céltica irlandesa, hay distintas variantes.


En la mayoría realiza sus apariciones de noche, pero en algunos casos se habla de salidas diurnas. Juan Cuveiro Piñol, en su Diccionario Gallego (1876), sustituye los aparecidos por meigas (brujas gallegas) y escribe:



Compaña: entre o vulgo, creída hoste ou procesión de meigas que andan de noite alumeadas con ósos de mortos, chamando ás portas para que as acompañen, ós que desexan que morran axiña...



En otras versiones se cuenta que la luctuosa procesión transporta un ataúd con una persona en su interior, que sufre una maldición, siendo su cuerpo astral el que yace en el mismo.


Se pueden aparecer en diferentes lugares, pero predominan en las encrucijadas y hay fechas concretas en las que se dice se registra una mayor incidencia de apariciones.Por ejemplo, la noche de todos los Santos (entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre), o la noche de San Juan (24 de junio).



En la tradición castellana. La Estantigua


La Estantigua o Hueste antigua es citada por el clérigo Gonzalo de Berceo en el vigésimoquinto y último de sus Milagros de Nuestra Señora, que tiene por protagonista a un popular personaje de la Edad Media (en España, por ejemplo, cita su historia Alfonso X el Sabio en las Cantigas de Santa María, III), Teófilo el Penitente, un clérigo despechado que recurre a un judío amigo de hechicerías ("sabía él cosa mala, toda alevosía, / ca con la uest antigua avía su cofradía").[3]​ Este judío le aconsejó que, para conseguir el puesto que se le había negado, llamara a su puerta de noche, donde la procesión ("gente ya aquedada") le estaba esperando. Allí vio



A poco de hora, venir muy grandes gentes / con ciriales en manos e con cirios ardientes / con su rey emedio, feos e non luzientes (779)

El judío le advirtió que no se santiguara. Ese rey era el demonio, que le hizo firmar un pacto a cambio de su alma. Pierde su sombra y adquiere una palidez mortal. Pero su arrepentimiento y la intercesión de la Virgen lo libran del Infierno. Ya en el siglo XVII, La pícara Justina (1605) alude al mito:



A lo mejor de mi miradura entró gran tropa de canónigos vestidos de blanco, las camisas sobre el sayo, que iban entrando al coro por diferentes puertas; yo, como era la primera vez que vi cosa semejante, pensé que era la hueste...[4][5]

Sin mencionarla expresamente, Miguel de Cervantes parece evocarla en el episodio del cuerpo muerto (Quijote, I, 19). Un bachiller y once frailes acompañan de noche el ataúd de un fallecido desde Baeza a Segovia llevando hachas (cirios grandes), y son confundidos con fantasmas por los protagonistas. Se deshace el equívoco, y exclama Don Quijote:


El daño estuvo, señor bachiller Alonso López, en venir, como veníades, de noche, vestidos con aquellas sobrepellices, con las hachas encendidas, rezando, cubiertos de luto, que propiamente semejábades cosa mala y del otro mundo; y así, yo no pude dejar de cumplir con mi obligación acometiéndoos, y os acometiera aunque verdaderamente supiera que érades los mesmos satanases del infierno, que por tales os juzgué y tuve siempre...

La Estantigua se transformó poco a poco, sin embargo, en un término genérico para designar a la aparición nocturna de un fantasma, y así lo recogen lexicógrafos como Sebastián de Covarrubias y otros autores. Francisco de Quevedo, por ejemplo, llama estantigua a un personaje misterioso, que cubre su cara con la capa y va vestido de luto (Buscón, III, 1).



En la tradición asturiana. La Güestia


En Asturias se denomina la Güestia y se alude a ella también con la denominación apotropaica (elusiva de mal) bona xente o "buena gente". Consiste en una procesión de personas encapuchadas que se acerca a la casa de un enfermo moribundo y, tras dar tres vueltas en torno a ella, el enfermo muere. Normalmente se trata de aparecidos que conoce el moribundo, por lo que parece emparentarse con la leyenda celta de la banshee irlandesa. Se dice que van exclamando: "Andai de día que la nuechi ye mía", "Andad de día, que la noche es mía". Y se cuenta el relato de una mujer que salió de su casa por castañas, pensando que ya era de día, y un miembro de la procesión le dijo que era su padrino, entonces ya muerto, le tendió la vela encendida, la cogió y, al cabo de unos días, enfermó y murió.



En la tradición extremeña. Corteju de Genti de Muerti


En Las Hurdes (Extremadura) aparece un Corteju de Genti de Muerti compuesto por dos jinetes fantasmales que causan de madrugada el pánico por los pueblos, ya que quien los ve puede resultar muerto.



En el reino de León. La Estadea y la Hueste de ánimas


En Zamora se la denomina La estadea y es una mujer que vaga por los caminos y los cementerios. No tiene rostro y huele a la humedad de los sepulcros. Sólo se aparece a aquel que va a morir. En León se la llama La hueste de ánimas.



Aparición de la Santa Compaña


Las numerosas leyendas sobre esta peregrinación de aparecidos errantes y sufrientes cuentan que se aparecen en los caminos próximos a camposantos, en busca de algo o de alguien, siempre por un motivo, por lo cual son signo de desastre o maldición. Estos motivos pueden ser:



  • Para reclamar el alma de alguien que morirá pronto. Cuenta la leyenda que quien recibe la visita de la Compaña morirá en el plazo de un año.

  • Para reprochar a los vivos faltas o errores cometidos. Si la falta es especialmente grave, el mortal que la ha cometido podría recibir la visita de la Compaña para que la encabece condenándolo así a vagar hasta que otro mortal le reemplace.

  • Para anunciar la muerte de un conocido del que presencia la procesión.

  • Para cumplir una pena impuesta por alguna autoridad del más allá.



Protección contra la Santa Compaña


Contar la leyenda supone también una protección contra esta procesión de no muertos; si se manifestara en presencia de alguien, existen una serie de rituales defensivos:



  • Abrir los brazos en cruz y pronunciar Jesucristo cuando te vayan a dar la cruz.

  • Responder "Cruz ya tengo" cuando el vivo que lleve la cruz intente dar la cruz diciendo "te toca a ti" o "toma tú".

  • Llevar los brazos cruzados.

  • Llevar las dos manos ocupadas, con una piedra, un palo...

  • Cuenta la leyenda que la Santa Compaña no tendrá el poder de capturar el alma del mortal que se cruza con ella si este se halla en los peldaños de algún crucero de los situados en los cruces de caminos o si porta una cruz consigo y logra esgrimirla a tiempo.

  • Dibujar con tiza un círculo en el suelo y meterse dentro mientras la Santa Compaña pasa.



La Santa Compaña en la cultura popular



  • En una historieta de El Jueves, Ortega y Pacheco se unieron a la Santa Compaña para evitar escuchar las canciones que Juan Pardo cantaba en medio del bosque.

  • De la misma forma, en el cómic Iberia Inc. (editado por Planeta), los autores Rafael Marín y Rafa Fonteriz hacen aparecer una Santa Compaña formada por personajes clásicos del tebeo español en una página doble.

  • En la película de 1980 El liguero mágico, dirigida por Mariano Ozores, se cuenta la leyenda de la Santa Compaña y, para evitar que los personajes de Andrés Pajares y Adriana Vega huyan, los sirvientes de la mansión se disfrazan de la Santa Compaña.

  • En la película de 1987 El bosque animado, dirigida por José Luis Cuerda e inspirada en el libro homónimo de Wenceslao Fernández Flórez, Malvís, el personaje de Alfredo Landa, convence al alma en pena Fiz de Cotovelo, interpretada por Miguel Rellán, de que se una a la Santa Compaña, que va camino del mar, para así cumplir su sueño de visitar Cuba.

  • En la película de animación de 2012 "O Apóstolo" de Fernando Cortizo la Santa Compaña juega un papel muy importante.

  • A Estadea (cortometraje gallego de Pablo Cacheda) gira en torno a la leyenda. Se puede ver en el siguiente enlace. http://www.youtube.com/watch?v=GGxIIEpppPU


  • Golpes Bajos, grupo vigués, puntero en la Movida madrileña y constituido, entre otros, por Germán Coppini y Teo Cardalda, editan en Nuevos Temas una canción cuyo título es "Santa Compaña", donde se describen imágenes de la procesión.

  • El grupo ourensano Los Suaves tiene un álbum llamado "Santa Compaña" donde se incluye un tema del mismo nombre.

  • La agrupación española metal céltico Mago de Oz incluye en su disco Finisterra el tema "La Santa Compaña", inspirada en el mito.

  • La banda española de heavy metal Vendaval también incluye en su disco Mi otra mitad el tema "Santa Compaña".


  • Wenceslao Fernández Flórez utiliza el mito en su novela El bosque animado (1943), donde presenta una visión idílica y mítica de Galicia y sus leyendas.

  • El grupo asturiano de punk/ska/folk Spanta la Xente cuenta con una canción titulada "Güestia".

  • El grupo asturiano Montañas también ha titulado "La Güestia" a una de sus composiciones.

  • El programa uruguayo Voces anónimas, conducido por Guillermo Lockhart, dedica uno de sus capítulos a la Santa Campaña



La Misa de ánimas


En general es cualquier misa oficiada por las almas del Purgatorio, bien en honor a todas, bien en honor a los difuntos de una familia en concreto que después del oficio conforman la Compaña.


En España, sobre todo en Galicia, se recogen numerosas leyendas en torno a esta macabra procesión. Algunas de ellas están recogidas en el Diccionario de los seres míticos gallegos. Cuenta una de ellas que esta misa se celebra de noche en la iglesia parroquial (suele ser los domingos por la tarde), a la que asisten las ánimas de los finados de la parroquia que están penando en el Purgatorio:



Oficia la misa el ánima de un antiguo clérigo en la parroquia, puede que ni recordado por los vivos. La principal condición para que pueda celebrarse esta misa es que asista a ella un vivo, pues si no no tiene validez. El vivo, sin saber qué puede ocurrir, se acerca a la iglesia porque la ve iluminada de noche y con gente dentro, oye algún ruido o siente algo extraño que le hace mirar qué pasa. Al finalizar la ceremonia, las ánimas desaparecen como por arte de encanto, se apagan las luces, se cierra la puerta de la iglesia y el vivo, en muchos casos se queda solo dentro y hay veces que hasta es tomado por ladrón cuando lo descubren al otro día...




Véase también



  • Cacería salvaje

  • Ánimas de Cucao



Referencias




  1. Gancedo, E. y González, D. J. La tradición oral. Biblioteca leonesa de tradiciones. León, 2009. Pág. 110.


  2. ab Rodríguez López, Xesús (1910). Supersticiones de Galicia y preocupaciones vulgares (2ª edición). Lugo: Editorial Celta. p. 224. 


  3. Gonzalo de Berceo, Milagros de Nuestra Señora, est. 766.


  4. Libro de entretenimiento de la pícara Justina, Medina del Campo, 1605, I, fol. 31.


  5. Véase también Constantino Cabal, Los dioses de la muerte. La mitología asturiana. Editorial MAXTOR, 2008, p. 124 y ss.



Enlaces externos






  • Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Santa Compaña.




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